sábado, 26 de septiembre de 2009

Fortaleza de Kuélap, hogar de los Chachas

La fortaleza de Kuélap es un conjunto arquitectónico de dimensiones inmensas, creado por la cultura pre - Incaica de los Chachapollas, está realizado en piedra a la cima de una montaña. Esta fortaleza sufrió la colonización Inca y luego la Española, hoy por hoy todavía se pueden ver algunas señales de la brutalidad de los colonos de la corona al invadir este complejo.



La vía hacia la fortaleza es un camino de tierra que se extiende a lo largo de la montaña, mientras vas subiendo tocas con el pueblo de Kuélap, un pequeño caserío que goza de gente muy hospitalaria, allí tuvimos la oportunidad de conocer a la señora Aura, quién nos invitó a pasar a su casa para conocer a sus cachorros. La gente de estos pequeños pueblos vive prácticamente aislada de la ciudad, bajan una vez a la semana a otro pueblo un poco más grande para intercambiar sus cosechas y comprar sus necesidades.



Luego de pasar el pueblo llegas a la gran muralla de la fortaleza, aquí el paisaje recorrido por hermosos caballos que caminan por los alrededores.





Hemos pagado la entrada al complejo e ingresamos por la muralla. Las entradas son estrechos corredores de piedra con escalones que al final se abren en la interna ciudadela.



Ambos lentes devoran la belleza que habita dentro de las murallas.







El paisaje está dominado por bromeliáceas que se adueñaron de el lugar, incrustadas en los árboles observan como cambian los habitantes de esta fortaleza, algunas vez Chachas, luego Incas y españoles y ahora turistas de todo el mundo.




Siguen apareciendo corredores y escaleras, estos te dirigen al segundo nivel de la fortaleza, desde aquí se puede observar las formaciones del patio anterior.







Una delgada pero constante neblina brinda un toque mágico a estas ruinas que despiertan imágenes ancestrales en nuestra imaginación.





A través de una ventana se puede ver el interior de lo que alguna vez fue una casa Chacha.



Las grandes murallas muestran diminutos a los viajeros que hoy indagan en el pasado peruano.



Todavía se pueden observar parte de los decorados en la piedra de algunas edificaciones.




Esta construcción fue anteriormente una vivienda, la cual probablemente podríamos observar mucho mejor hoy si no hubiera sido incendiada por los españoles.








Una representación de las casas de la época, podrán ahora imaginar el esplendor que debe haber tenido este complejo cuando cada círculo en ruina era una estructura similar a esta.



La foto fotografiada.


Dos hermosos equinos juegan en la salida del complejo.



Ha llegado la hora de partir, el tiempo apremia y mas abajo nos esperan otros destinos.




Una última vista de la montaña que aloja el imponente complejo arquitectónico.



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