viernes, 25 de septiembre de 2009

Chachapollas, pueblo de milagrosos desayunos


Chachapollas está ubicado en la provincia de Amazonas, al final de la sierra donde comienza a nacer la ceja de selva. Es una pequeña ciudad que tiene la fama de poseer mujeres muy bonitas por llevar los rasgos mestizos de la colonización.

Fue para nosotros un puente para conocer impresionantes lugares y un gran centro gastronómico cuando llegaba la hora de desayunar en el Mercado Central.


Llegamos en la madrugada cuando el sol nace y la gente todavía reniega el despertar bajo el calor de sus mantas, las calles vacías son nuestra ruta para encontrar la plaza central del pueblo y un caminante del alba nos da las indicaciones para llegar a un hospedaje (luego de una extensa y un poco agobiante charla moral religiosa sobre la juventud en nuestros tiempos).


El pavimento y la tierra todavía se mezclan en las calles de la ciudad, la antigüedad de las casas muchas veces revela su presencia antes del pavimento y los autos, cuando los hombres transitaban con sus caballos por el suelo terroso de la geografía todavía fría de la zona.




Desde la plaza comienza nuestra búsqueda por un alojamiento, el lugar que nos fue recomendado está cerrado. Los rayos del sol comienzan a bañar la ciudad y brindar un poco de calor a la fría obscuridad.


Muchas opciones ofrece Chahcapollas entre sus calles, buscando y buscando vamos encontrando lo que se acerca a nuestro conveniente presupuesto (máximo 10 soles c/u, aprox 3.2 $).



El hospedaje Tambo cumplió todos los requisitos y se convirtió en nuestro nuevo hogar temporal, la calidez e inocencia que reflejaban las caras que manejaban aquel lugar nos mantuvo muy cómodos y muchas veces logró sacar sonrisas por algún comentario o acción simplemente cotidiana.


El hambre asecha, el estómago llama y los olores avivan el fuego, el Mercado Central de Chachapollas fue nuestro espacio para saciar las ansias y conocer un poco mejor la comida típica de la región en su presentación mas popular.


Humitas (como bollitos), yuca frita, Juanes (son como rellenos de pollo o carne), queso, avena y chocolate es el festín para llenar nuestras mañanas.


A la hora de almorzar se llenan los puestos en el mercado, y los comensales se apuran a pedir lo que las bandejas reflejan o un menú que incluye la sopa y refresco, todo por un cómodo precio de 4 soles.


Sopa (casí terminada por el hambre descuidando la intención de registro fotográfico) y el segundo o plato fuerte, un mixto de papas, arroz, tallarines, carne y ensalada.


Se asoma el sol en otra mañana a las puertas del Mercado Central.



Se abren las puertas y los primeros laboriosos llegan a montar sus puestos.


Poco a poco van llegando los habitantes de las galerías y comienzan las faenas para un nuevo día en el mercado.


Algunos todavía duermen a la espera de sus comerciantes.


Pero no han de aguardar mucho, ya la escena está preparada y comienza la función.



Se exhiben los productos y una vez más los comensales despiertan de un sueño profundo, invocados por los olores se dirigen hacia el mercado para llenar sus entrañas con este tentador banquete.




1 comentario:

  1. Es un lindo lugar para visitar, lleno de historia y buenas costumbres

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