Tomamos el Metrobus hasta la estación La Ofelia donde hicimos transferencia hacia Carcelén, allí tomamos un bus hacia Otavalo un pueblo que prometía llevarnos a los misterios de la laguna de Cuicocha.
Ya en Otavalo tomamos otro bus hacia un pueblo llamado Quiroga (¿tendrá que ver con Horacio?)
A escasos 15 minutos de Quiroga se encuentra la laguna de Cuicocha o Tsui-cocha y la reserva ecológica Cotacachi-Cayapas. Para llegar tomamos una pick-up que por $ 2 c/u nos llevo en la parte trasera para disfrutar del paisaje.
El camino fue una oportunidad para ver un poco mejor la población autóctona, la cual todavía conserva bastante de sus raíces ancestrales.
Mientras nos acercabamos la reserva mostraba hermosos paisajes y sus senderos que bordean la mágica laguna.
Comenzamos la asención hacia la reserva, a través de una carretera de tierra (el cual resultó ser el final del camino, por lo que hicimos el trayecto al revés)
En el camino nos topamos con gente de la zona, este señor resultó ser amigable ante el intrometido lente de un viajero.
Antes de la entrada, un buen lugar para descanzar y comer (receta de sopa de arbejas *guisantes en venezuela* un invento con la base aportada por Carmen Dvorak)
Ambos fueron bendecidos por la montaña y sus hermosos paisajes hacia la laguna.
El retorno lo compartimos en la pick up con una simpática familia holandesa que se hospedaba en una comunidad indígena en las cercanías.
Maravilloso :D
ResponderEliminarHey, qué pasó con la cocina sei? sirvió?
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