jueves, 1 de octubre de 2009

Caminando por Lima 1

Los dos viajeros pisaron la capital peruana cuando apenas raya el alba, las calles bajo una tenue y grisácea luz, daban la impresión de una ciudad que respira importancia y vejez. El distrito de Lima cuenta con la parte central de la ciudad, los museos y las plazas más importantes, al igual que los puestos de comida ambulantes más variados. Luego se encuentran los demás distritos, entre los cuales están los más ricos y turísticos Miraflores y Barranco, San Isidro empresarial y el Rimac donde la pobreza se acentúa por sus casas de adobe o ladrillos (Barrios). Las calles del centro hoy por hoy perfectamente transitables y más aún agradables, eran hace unos 5 años un cúmulo de mercadería ambulante y hampa que generó un desagradable sentimiento de inseguridad para aquellos que alguna vez las caminaron.



Justo en la esquina de la acera se puede ver un pequeño puesto de comida, Quinua (un cereal) con Maca (fruta) es una bebida caliente que fue parte de nuestra dieta diaria, al igual que los panes con tortilla, palta (aguacate), lomo, camote, pescado o salchipapas.





Algunas calles se encuentran todavía descuidadas, estas no cuentan con la suerte de ser parte del centro turístico.





Las personas se las arreglan para hacer notar sus negocios, los cuales se abren paso entre los viejos edificios de la capital.











El Palacio de Justicia se extiende por toda una cuadra.


Un puesto completo para lustrar botas.



Una variante menor de un puesto de comida ambulante.





Conforme las horas avanzan aparecen los vehículos y peatones, con ellos comienza la vida de la capital.







La fachada del Palacio de Justicia se muestra imponente hacia la principal.











Los periódicos se abren en las puertas de los kioscos para atraer al curioso transeúnte.







En pocas horas el tránsito ya se convierte en tráfico, el mal de cualquier gran ciudad.

















Rápidamente los comensales acuden a sus cotidianos puestos.



Otros no se dejan llevar por el apuro de la ciudad y se toman un tiempo para descubrir el acontecer peruano y del mundo.



El carro inmortal.



Los medios para transportar los negocios van desde grandes boutiques a simples ciclo vendedores.











La plaza San Martín, antiguamente uno de los lugares más peligrosos en la noche. Hoy, un espacio para el descanso y la calma.





Las calles internas del centro forman una zona completamente comercial y turística, abarrotadas de boutiques y locales para comer.













Las fachadas de los edificios en el centro varían desde lo colonial, barroco, neoclásico, hasta lo contemporáneo, y algunos remake de mal gusto, mezclas imposibles, insultos arquitectónicos.







Durante la noche los edificios hacen un festival de luces en el centro de Lima.



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